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domingo, 12 de febrero de 2012

Vagón 42. Hacer amigos

Marta ha acabado gritando el nombre de Ester, dando sacudidas y retorciéndose. Por fin se ha dejado caer, se ha agarrado fuertemente al cuerpo de Ester, le ha llenado la cara de besos nerviosos y le ha dicho al oído que la quiere. A ver si aprende cómo se siente placer, piensa Marta.

Ahora Ester recoge con la lengua las gotas de sudor que le corren a Marta por el canalillo. También Ester tiene el nombre de Marta pintado en las uñas. Y Ester le aparta el pelo de la cara y dice:

-He pensado que podríamos salir a conocer a otros pasajeros del tren. Salimos a pasear y así volveremos con más ganas.

Marta, que aún no se ha recuperado, asiente. Luego Ester se tumba boca arriba y Marta, que la sabe encendida de deseo, se hace esperar. Marta se ha propuesto volver efusiva a Ester en el momento preciso y sabe que lo conseguirá hoy, mañana, pasado, cuando sea. De momento, le pone un cojín junto a la ventanilla y le pide que se tumbe boca abajo con la cabeza apoyada en el cojín.

Marta empieza a pasar la yema del dedo por la columna vertebral de Ester. Una y otra vez. Luego, un beso en cada vértebra. Hacia abajo y hacia arriba. Luego de nuevo con el dedo hacia abajo y aún más despacio. Cuando se le acaba la columna vertebral Marta sigue aún más despacio y piensa si sigue hasta tocarla ahí o no. Decide que sí y la acaricia suavemente. En ese momento Ester mueve la cadera y dice entre dos suspiros:

-Marta. 

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