Entra en un vagón

jueves, 15 de marzo de 2012

Locomotora. Tengo una muñeca vestida de azul

El maquinista está peor. Sigue delirando y queriendo quitarse la ropa. Profiere obscenidades sin ton ni son, entre canciones infantiles. Ayer, en un descuido del doctor, huyó en calzoncillos de vagón en vagón, corriendo como un poseso y cantando el “tengo una muñeca vestida de azul”, a saber por qué. No le hemos alcanzado hasta el vagón restaurante. Estaba ya sin calzoncillos, delante de la pobre y abochornada camarera, bailando como una salchicha en un sartén. Había cambiado de canción. Ahora cantaba “el patio de mi casa”. Los clientes huían como de la peste.

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