Entra en un vagón

martes, 20 de marzo de 2012

Vagón 44. Con los ojos cerrados

Me duele. Y hace frío. Y estoy sola. La niña que se sentaba al final del vagón me ha cedido su manta y ahora vive más cerca, pero no lo suficiente. He oído ruidos en el pasillo. El revisor hablaba con alguien, me ha parecido que con un hombre. No me gusta que haya hombres en mi vagón. Por mucho que me esfuerce siempre me dan problemas. Un doctor, un revisor... seguro que un maquinista. Muchos más hombres de los que me gustaría.

Hace unas horas he estado a punto de abrir los ojos. Por eso he hecho el esfuerzo de ponerme una compresa helada sobre los párpados. Ahora la niña pensará que me he puesto peor. Oigo sus pasitos leves cuando se para a observarme a través del cristal de mi puerta. Se asustará, pero no se atreverá a entrar.

Y me duele tanto…

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