Entra en un vagón

jueves, 7 de junio de 2012

Vagón 72. Miguel (4)

Apoyados los dos brazos sobre el borde del lavabo, Miguel dejaba que el agua saliera con fuerza del grifo.

Volvió a hacer un cuenco con las manos que puso mecánicamente bajo el chorro y de nuevo hundió el rostro en ellas.

Esto es una locura, un auténtico infierno. Ni en mis peores pesadillas hubiera pensado … ¡ja! ¿Pero qué es esto? “Ni en mis peores pesadillas” ¡¿Qué soy el protagonista de una mierda de película de sobremesa con diálogos cutres?!

Me estoy volviendo paranoico. Tengo que relajarme. Este tren va a hacerme perder la cabeza. Pero es que el cansancio no me deja pensar, así no hay manera de que mi lado racional tome el control y eso es algo que no me puedo permitir. Tengo que descansar.

¿Y ahora qué pasa? Parece que el tren aminora la marcha, pero ¿por qué razón? Desde que subí a este maldito convoy no habíamos parado nunca, y menos aun en medio de ninguna parte. Quizá estemos parados el tiempo suficiente para bajar y dejar que el aire helado calme la fiebre y la jaqueca que me genera este ambiente enrarecido y la presencia de tanta chusma.

Y seguro que me será mucho más fácil encontrar a ese jodido revisor.

¿Dónde mierda se habrá metido?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno, a ver si seguís meneando esto.